JOSEFINA MAYNADÉ

JOSEFINA MAYNADÉ
Pinceladas de Vida y Obra

Josefina Maynadé fue una escritora española que dedicó su vida a la difusión de la conciencia espiritual basada en la Fraternidad Humana y en los valores teosóficos en los cuales creía completa y naturalmente.

Esta mujer de gran sensibilidad y aguda intuición escribió múltiples biografías, artículos y libros de carácter espiritual. Sentía una gran pasión por los clásicos, especialmente los que evocaban a Grecia, aunque escribió sobre todo tipo de tradiciones y filosofías, siguiendo el espíritu abierto que siempre la acompañó. Esta sensibilidad también se podía apreciar en sus trabajos artísticos, siendo pintora, ilustradora, escultora, etc., y en su interés por la pedagogía y la educación, todo lo relacionado con el mejoramiento del ser humano y su mejor cooperación en pos de la Fraternidad Humana.

Nació en Barcelona, el 13 de Junio de 1908, bajo el signo astrológico de Géminis, en una familia de notables y reconocidos teósofos. Su padre, Ramón Maynadé Sallent, fue un importante editor y divulgador español en el campo de la Teosofía junto a su mujer Carmen Mateos Prat, ambos miembros de la Rama Barcelona y fundadores de la Biblioteca Orientalista en 1901. Regentaban la Librería Orientalista y allí se reunían personajes conocidos del modernismo catalán como escritores, dramaturgos, egiptólogos, eruditos y artistas varios.

Su madre, estando embarazada de ella, fundó la Rama Arjuna, usando el nombre de uno de los héroes del poema épico hindú Mahabharata. Esta nueva Rama se gestó a la vez que ella misma y a los catorce años ya era un miembro activo donde se la conocía cariñosamente como Pepita. Llevada por estos ideales y por su inagotable entusiasmo, apadrinó a varias personas para que ingresaran en dicha Rama contando tan solo con diecinueve años.

También es un personaje relevante en su vida su abuelo materno al cual no llegó a conocer, pero por el cual sentía un gran cariño. Fue un francmasón de grado 33 y teósofo convencido. Hondamente impresionado por la lectura de Luz en el Sendero» y La Voz del Silencio terminó siendo un miembro muy activo de la Sociedad Teosófica Española.

Publicó su primer libro con dieciséis años: El tesoro maya. Con diecisiete empezó a colaborar con su padre en la edición de la revista teosófica El Loto Blanco, donde apareció su primer artículo: El teósofo y el ceremonial. Este fue el comienzo de una larga serie de colaboraciones en las revistas El Loto Blanco, Sophia y Theosofía, y de su carrera como escritora y artista, ya que ilustraba sus propias obras y artículos. También tenía conocimientos sobre Astrología.

Estudió Artes y Oficios y Bellas Artes, teniendo una amplia carrera artística con múltiples exposiciones, certámenes y publicaciones. Su temática se centró sobre todo en los niños y en la maternidad. Al igual que sus padres, ella también se relacionó con artistas y músicos del momento. También formó parte de la Asociación de Idealistas Prácticos, promovida entre otros por el pedagogo y teósofo, Attilio Bruschetti, quien le dedicó varias obras.

Se casó con Luis García Lorenzana, entonces secretario general de la Sociedad Teosófica Española. Tras la guerra Civil  tuvieron que trasladarse a las Palmas de Gran Canaria, donde Josefina se relacionó con los círculos ateneístas y artísticos de la isla, publicando los poemas A Cloris y Los silencios. También colaboró en una revista literaria femenina donde profundizaba y exponía los sentimientos de las mujeres canarias. Aunque la base primordial en todas sus obras siempre es, el despertar de la conciencia, el desarrollo del ser humano y su crecimiento espiritual que dará paso a un nuevo mundo y a una verdadera Fraternidad Humana.

Josefina creía profundamente en estos ideales y por ellos vivió, inspirando con sus obras y sus palabras:

…más que nunca, se requieren ahora hombres y mujeres de signo pitagórico; individuos conscientes, armónicos, responsables de la hora que les ha tocado vivir; idealistas prácticos dotados de un gran sentido de humanidad… 

Con cincuenta y un años viajó a México, donde continuó difundiendo la teosofía y publicó una serie de biografías de filósofos y maestros religiosos: Zoroastro, Krishna, Orfeo, Pitágoras y Lao Tse. Donó libros autografiados a la Sociedad Teosófica de México.

A finales de los años 60 regresó a Barcelona, donde falleció su esposo en agosto de 1968. Unos meses antes, en mayo de ese mismo año, Vicente Beltrán Anglada relata una experiencia espiritual que vivió junto con el matrimonio en una excursión a Montserrat, que realizaron con la intención de descubrir, mediante un ritual mágico, algún centro magnético con radiaciones benéficas para ubicar un templo iniciático. Allí contactaron con un Deva de elevado desarrollo espiritual que les transmitió un profundo mensaje.

Josefina siguió trabajando incansable y, a principios de los años 70, publicó en México, con su amiga María Solá Ferrer (de Sellarés), la Colección «Tradición Sagrada de la Humanidad», que divulgaba enseñanzas básicas de las diversas religiones.

Finalmente partió de este mundo un 22 de junio de 1978, habiendo dedicado su vida al Servicio de la Humanidad y a la incansable labor de divulgación teosófica que marcó su vida y a la que se dedicó en cuerpo y alma siguiendo el ideal de una verdadera Fraternidad universal y del conocimiento de la Verdad.

Isabel María López Muñoz